Por qué la aceptación de tarjetas de crédito virtuales es fundamental para la retención de clientes

Por qué la aceptación de tarjetas de crédito virtuales es fundamental para la retención de clientes
  • A medida que las tarjetas de crédito virtuales ganan terreno rápidamente en la industria de pagos B2B, las empresas deben adaptarse para satisfacer las preferencias de los compradores y, al mismo tiempo, gestionar los desafíos que presentan estas tarjetas.
  • Se proyecta que el mercado de tarjetas virtuales de América del Norte crecerá significativamente, por lo que los vendedores deben encontrar formas de agilizar la aceptación de tarjetas virtuales o corren el riesgo de perder clientes valiosos ante los competidores.

Las tarjetas de crédito virtuales se están convirtiendo rápidamente en una parte clave de la industria de pagos B2B. De hecho, se espera que el mercado de tarjetas virtuales de América del Norte crezca un 24 % anual y alcance los 694 000 millones de dólares en 2026. Nuestra investigación también muestra que el 78 % de los compradores prevén utilizar tarjetas virtuales con mayor frecuencia el próximo año.

Si bien estas tarjetas facilitan la vida a los compradores, pueden generar desafíos importantes para los vendedores que las aceptan. Es importante que los vendedores evalúen el trabajo adicional asociado con estas tarjetas frente a las repercusiones de rechazar el método de pago preferido de un cliente.

Pero primero, un breve repaso de las tarjetas de crédito virtuales. Una tarjeta de crédito virtual es un método de pago digital destinado a transacciones en línea y sin tarjeta presente. Es un número de tarjeta de 16 dígitos generado automáticamente que se utiliza en lugar del número de tarjeta de crédito física con el que está asociada.

Existen algunas razones por las que los compradores están optando por las tarjetas virtuales. En primer lugar, permiten a los compradores gestionar el riesgo y controlar los grandes gastos de los proveedores mediante la creación de tarjetas específicas para cada comerciante, lo que implica menos preocupaciones por los gastos excesivos. En segundo lugar, se pueden crear casi instantáneamente, por lo que las empresas no tienen que esperar a que se cree una tarjeta física y se entregue a sus empleados. Por último, las tarjetas virtuales se pueden utilizar solo una vez, lo que hace que sea extremadamente difícil que se utilicen de forma involuntaria o maliciosa.

En el caso de los pagos con tarjeta de crédito virtual, la información de las remesas suele llegar en distintos formatos, a menudo en el cuerpo de los mensajes de correo electrónico. El personal de cuentas por cobrar debe introducir manualmente esa información en su sistema de planificación de recursos empresariales, un proceso tedioso, que consume mucho tiempo y es propenso a errores.

Aun así, optar por no aceptar tarjetas de crédito virtuales puede ser un error importante, independientemente del tiempo extra que lleve gestionarlas.

En nuestra vida personal, a todos nos resulta frustrante que una empresa no acepte el método de pago con el que queremos pagar. Las transacciones B2B no son diferentes. El 80 % de los compradores con los que hablamos prefieren trabajar con vendedores que acepten pagos con tarjetas virtuales. Y lo que es aún más importante, el 59 % de los compradores afirmó que consideraría seleccionar (o cambiar a) un proveedor de la competencia debido a su capacidad para aceptar pagos con tarjetas de crédito virtuales.

Imagínese dedicar todo el trabajo que se necesita para adquirir e incorporar a un cliente, solo para que se vaya porque le dificulta pagar. La retención es fundamental en tiempos como estos, y aceptar tarjetas de crédito virtuales es una forma poderosa de impulsarla.

En pocas palabras, elegir no aceptar tarjetas de crédito virtuales es elegir darles a los compradores una razón para llevar su negocio a otra parte.

¿La buena noticia? Como muchas otras partes del ciclo de facturación a cobro, la aceptación de tarjetas de crédito virtuales se puede automatizar. Para entender esto, veamos en qué casos las tarjetas virtuales generan más problemas a los vendedores y cómo la automatización puede aliviarlos.

Debido a que las tarjetas virtuales suelen generar información de remesas en múltiples formatos, los equipos de cuentas por cobrar deben buscar e ingresar manualmente esos datos. No solo es una tarea que consume mucho tiempo, sino que también es imprecisa. La automatización puede quitarle esto de encima al vendedor al extraer instantáneamente los detalles de las remesas y los números de tarjetas de crédito virtuales del portal del emisor de la tarjeta virtual.

Otra causa importante de fricción, como se mencionó anteriormente, radica en tomar esos datos e ingresarlos en los sistemas internos. Es un proceso que consume casi el mismo tiempo y es propenso a errores. Con la automatización, esta información se carga automáticamente, lo que reduce el tiempo valioso empleado y los costosos errores.

En definitiva, para los vendedores que optan por aceptar y automatizar las tarjetas de crédito virtuales, no se trata solo de un beneficio adicional: es una ventaja competitiva. Las cuentas por cobrar rara vez se consideran una oportunidad para adelantarse a los competidores. Esta capacidad cambia eso, al tiempo que crea clientes más satisfechos que tienen más probabilidades de seguir haciendo negocios con usted.

El tiempo es esencial y cuanto antes comiencen los vendedores a aceptar y automatizar este innovador método de pago, antes podrán descubrir una ventaja crítica.

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